FUNDACIÓN DE LA MISIÓN SALESIANA DE INDANZA. Por Dr. Mg Carlos Urdiales González.

 FUNDACIÓN DE LA MISIÓN SALESIANA DE INDANZA

Por Dr. Mg Carlos Urdiales González.

Tomado de FACEBOOK: Limonenses de Ayer, Hoy y Siempre

https://www.facebook.com/honorio.arevalo.1

Debemos consignar en primer lugar, como antecedente, el arribo de los Salesianos a Gualaquiza, en marzo de 1894, para apersonarse de dicha Misión tras la fundación del Vicariato Apostólico, cuando Monseñor Santiago Costamagna obtiene del Gobierno liberal el permiso para entrar libremente en su Vicariato, luego de la expulsión sufrida por los Salesianos, lo que brindó la oportunidad para reorganizar la Misión de Gualaquiza y para fundar otras, comenzando por el territorio de Indanza.

En carta fechada en la ciudad de Cuenca el 23 de julio de 1914, Mons. Santiago Costamagna, primer Vicario Apostólico de Méndez y Gualaquiza, urgió al P. Albino del Curto que fuera allá, acompañado del P. Juan Bonicatti. Dicha carta decía así: “Ahí tienes al buen P. Bonicatti; nos arrancarás un pedazo de corazón, pero te consolará. De esto no cabe duda y tú serás un buen Director y tú vete con la bendición de Dios y cobijado con el manto de la Auxiliadora. La Misión lo dedicaremos al Sagrado Corazón de Jesús”.

El 4 de agosto del citado año, parten de Gualaceo los dos Misioneros, luego de cuatro días de azaroso trajín llegan a destino. Las copiosas lluvias acosaban persistentemente a los viajeros, obligándoles a lidiar con ríos crecidos y con otras peripecias ligadas al mal clima, duplicando por ello el tiempo de marcha. Sobre este particular, escribe el P. Albino: “El viaje fue sumamente penoso a causa de las lluvias torrenciales y por el caudal desbordante de numerosas chorreras que obstaculizaban el paso. Por falta absoluta de habitaciones en todo el trayecto, no es posible decir las amarguras de este primer viaje, que se prolongó cuatro largas jornadas”.

Para entonces en Indanza ya existía un respetable número de “jíbaros” y algunas haciendas con considerable número de trabajadores. Unos y otros demandaban de la Iglesia Católica asistencia espiritual. El primer viernes del mes de agosto celebraron por primera vez la Santa Misa en la floresta virgen.

Mientras el P. Bonicatti celebraba misas y catequizaba en la casa del Sr. Luis Ríos que les brindó hospedaje el, P. Albino exploraba la zona y escogía como asiento misional un terreno baldío sobre el camino que comunicaba las haciendas del Partidero y del Pan de Azúcar, en la orilla izquierda del Indanza.

Cuando empezaron a desbrozar la floresta con la ayuda de obreros, los jíbaros Kashinda y Angoasha se negaron a la ocupación de sus territorios de caza. Tras amedrentarles diciéndoles que acudirían a los militares de Cuenca, se apaciguaron. Sin embargo de manera prudente los Misioneros se desplazaron más hacia el Sur, hasta un punto central entre Partidero y Pan de Azúcar, cerca de la casa del jíbaro Masciumar, individuo de buenos sentimientos.

El 4 de septiembre de 1914, escogieron definitivamente el sitio para el emplazamiento de la flamante Misión, reservando unas hectáreas para cultivos. Una misérrima choza albergó provisionalmente a los dos Misioneros, cuyos nombres se grabaron con caracteres de oro en los Anales de la Historia de la Misión Salesiana en el Oriente Ecuatoriano.

El 18 de septiembre con la llegada de los carpinteros de Gualaceo, iniciaron la construcción de iglesia, escuela y residencia. Como escaseaban las provisiones, el P. Albino sale a Gualaceo y al regreso encuentra al P. Bonicatti gravemente enfermo, por lo que fue transportado en camilla al hospital de Gualaceo. El 17 de diciembre llegó para sustituirle el P. Telésforo Corbellini, el mismo que puso los cimientos del primer internado jíbaro con tres pequeños hijos de la floresta, aspiración que tuvo una vida efímera.

Referencias Bibliográficas:

Brito, E. (1938). La Apoteosis de San Juan Bosco en el Ecuador y las Misiones Salesianas 1888-1935.

García, L. (1999). Historia de las Misiones en la Amazonía Ecuatoriana.

Guerriero, A. (1969). Un gran Pionero.

Loor, W. (1947). Eloy Alfaro.

Vázquez L. Et. al. (2012). La Presencia Salesiana en el Ecuador: Perspectivas históricas y Sociales