Biografía: Max Romeo Arízaga Arízaga, el Historiador de Gualaceo.

Por Magíster Elvis Orellana Espinoza.




Max Romeo Arízaga nace en Gualaceo (Azuay, Ecuador) el 30 de julio de 1945. Hijo de Arsesio Arízaga Cabrera y Ana Luisa Arízaga Ochoa. 

Hasta sus 7 años vivió en Gualaceo y de ahí emigró con sus padres hacia la ciudad de Guayaquil (1952).

En Guayaquil, aproximadamente entre el año 1952 y 1956, estudió en la Escuela 12 de Abril anexa al Colegio Ibarra.

Sus tres primeros años (1956 – 1959 aproximadamente) de secundaria lo hizo en el Colegio Juan Montalvo y luego en el Colegio Asaad Bucaram (1959) donde se graduó de Bachiller en Ciencias Sociales (1962).

Los estudios superiores lo realizó en la Universidad Técnica Particular de Loja con sede en Guayaquil donde se graduó como Licenciado en Ciencias Sociales.

En 1984, con el apoyo del Dr. Dr. Juan Cordero Iñiguez, historiador cuencano publica DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DE LA VILLA DE GUALACEO.

Entre 1998 y el 2000 con su esposa, y recién casado se fue a vivir en Machala gracias al apoyo del historiador Cordero.

Desde el año 2000, durante 20 años ha residido en la ciudad de Ibarra.

En el año 2019 recibió el Premio de Literatura de la recién creada Casa de la Cultura Benjamín Carrión con sede en el Cantón Gualaceo.

 Obras: - 1984 (abril): Documentos para la historia de la Villa de Gualaceo. Cuenca.

- 1986: Los Arízaga en la cultura ecuatoriana. Amigos de la Genealogía. Guayaquil.

- 1999: Historia Genealógica de la Villa de Gualaceo. Machala.

- 2006: Los Arízaga en Vasconia y América (Ibarra).

- 2012: Crónica Documental de la Villa de Gualaceo, Ibarra.

- 2013: La Raza Roja. Los Cañaris en Gualaceo y Tomebamba. Ibarra.

- 2019: Atahualpa y los Cañaris. 






Don Max cuenta esto: 

Octubre - Noviembre, 2020

Autobiografía de Max Romeo Arízaga.

Era un día 30 de junio de 1945 por la mañana, los gallos lanzaban su clarinada de oro, anunciaban la llegada de un nuevo día, las horas pasaban en lento desfile, y a las cinco de la tarde, en casa de Don Abel Arízaga cabrera, situada en la esquina de las calles Dávila Chica y Vicente Peña, allí la divina providencia quiso que naciera, un niño que le pusieron por nombre Max Romeo, siendo sus padres Don. Victor Arcesio Arízaga cabrera, y su madre Doña Ana Luisa Arízaga Ochoa.

 

Su padre de profesión sastre y su madre costurera; en la misma casa Vivian Don. Cornelio Arízga Cabrera y su esposa Doña Celeste Moreira, Don Cornelio Arízaga, era hijo de los dueños de casa y parientes de los arrendatarios. De ese lugar pasaron a vivir en casa de Doña.Adela Dávila, situada en la calle Dávila ,Chica, entre Luis Cordero y Luis Ríos; al ,frente estaba la casa que había sido de mi abuelito Juan Arízaga Vanegas, allí todavía vivían mi abuelita Benigna Cabrera Coello y mis tíos Horfelina y Luis Arízaga Cabrera, a la izquierda era la casa del Señor Alfonso Domínguez, allí nació en 1953 mi hermana Noemí; en casa de Doña. Adela Dávila, vivímos hasta 1955.

 

Esos años fueron los más bonitos, los Carnavales, desde los  románticos balcones, y la Navidad; en los carnavales se reunía todo el vecindario para el juego con agua y polvo pero previo a ello eran los preparativos de la fiesta, los panes en horno de leña, los dulces de higo, de duraznos y claudias etc. Pero si algún vecino del pueblo se incluía en el juego, y formaba parte del festín del carnaval. La fiesta de navidad, también era de lo más hermoso con el pase del niño para dar rienda suelta a la fantasía de los ensueños. Al final de la calle Dávila Chica y Manuel Moreno, estaba la casa de mis abuelitos José Fidel Arízaga Vanegas y Juanita Ochoa Astudillo.

 

En 1951 recibí los primeros pasos escolares de la preparatoria en la escuela de las monjitas, lugar donde la imaginación se ponía a volar cuando se hizo la primera comunión pensando en ángeles, princesas y virgenes del celeste cielo y eran las compañeras. de rostros bonitos. para el primero y segundo grado de escuela, me pusieron en la escuela Brasil, situada a un costado de la iglesia que se derrocó en 1952, los primeros profesores fueron Don.Cornelio vélez y Don. Humberto Tapia, la escuela de allí se pasó a ubicar, al lugar donde seencuentra hoy.

 

Entre los lugares que más me gustaba frecuentar era la calle Gran Colombia, entre la Cordero y Luis Ríos, en la cuadra que vivíamos todos se conocían como amigos o parientes, hacia nuestra izquierda era la casa de Doña. Hotenncia Cueva, abuela de mis dos primas gloria y Enma Arízaga Izquierdo, a la drecha la casa de Don.Jaime Rodas Vanegas, pariente de mis abuelitos, le seguía la casa de la familia Orellana, allí vivía Piedadcita Orellana, esposa de mi primo Carlos Jaramillo Arízaga, en la esquina la casa del Dr. Manuel Antonio Gomezcoello, y su esposa  Doña. Columbita Peña Delgado, ambos con nexos de parentesco; hacia la izquierda al frente de nuestra casa en la esquina casa de la Luis Cordero, casa de  Doña. Adela Cueva, luego la casa de mis abuelos paternos, le seguía la casa de Don Alfonso Domínguez,  después casa de una Señora Tello, seguía la casa de Don Homero Gómez y su esposa Doña Celia Rodas Cabrera, en la esquina casa de Don. Luis Guncay, ´por esa épca en esa calle no había ninguna zapatería.

 

El hospital viejo quedaba un poco fuera de la población a la orilla oriental del Santa Bárbara, allí asistía mi madre cuando se enfermaba de calculos a la vesícula biliar. recuerdo que en ese lugar había una mojita llamada Filomena, que siendo yo un niño, me quería y me hacía que toque la acmpana de la capilla, y cuando tenía tres años más o menos, estaba yo jugando junto a la puerta de salida del hopital, de adentro salieron dos perrpos negros que me mordieron la pierna derecha mientras yo lloraba.. Por el mes de septiembre de 1955, mi padre viajó a Guaayquil, para buscar trabajo y mejorar asi el bienestar de la familia, desde allá a mi madre le enviaba dinero, y unas estampas grandes de los santos católicos para que los vendiera, y yo junto con ella iba por los acmpos para vender esa estampas pero lo más hermoso para mi era sentir el olor de las campiñas que exhalaban sus aromas a poleo y hierbas fragantes, y el cantar de los gallos, y el dulce trinar de los bulbules y gorriones entre las arboledas y cañaverales de las orillas del río.

En Gualaceo en la Calle Dávila Chica, entre la Cordero y Luis Ríos, lascasa tenían balcones, no había tiendas de venta de zapatos. Dona Adela Dávila, fue soltera y había sido monja, la casa de esa cuadra todas son nuevas, las anteriores no existen; la única que queda es la que tiene el consultorio el Dr. Encalada y la Botica. Cuando Don Jaime Rodas y su esposa doña julia Rodas Ulloa fallecieron, sus hijos salieron de Gualaceo, dos viven en Cuenca y otros tres viven en Machala. Mi esposa nació en Chordeleg y sus padres fueron del Sigsig.

 

Llegando la segunda semana de octubre, emprendimos el viaje a la ciudad de Guayaquil, mi madre Ana Luisa Arízaga, mi hermana Gloria Elena y yo, mi hermana Noemí, se quedaba con la tía Horfelina, que se encariñó con ella. Salimos por la mañana, nos despidieron la familia Rodas, mi tío Antonio, hermano de mi madre y otras personas, estábamos bastante apenados porque a pocos días murió mi abuelito José Fidel Arízaga.

 

Me prometí no volver a casa con las manos vacías, y con un triunfo a mi haber. llegué primero en Cuenca, y fuí a la Casa de la Cultura para buscar apoyo para mi publicación pero me fue negada, luego fuí a la biblioteca y arqchivo del banco central, me ofrecieron hacerlo pero unos pedacitos, frustrado partía a Gualaceo, lugar donde se había formado un comite pro recuperar la Historia de Gualaceo, me llamaron y acudí para saber de alguna buena propuesta, escucharon de mi parte algo de la Historaia de Gualaceo, pero noles dí nada escrito porque no ofrecieron nada a cambio de la información. No upieron valorar mi esfuerzo pero fue el Padre.Fernando Vega, la persona que me apoyó, y con él fuimos a Cuenca a una imprenta para que nos cotisara, el valor de la edición.

 

Quedé yo de deudor a la imprenta para que hicieran los libros, y cuando ya estaban impresos personalmente salí a venderlos para pagar a la imprenta, gracias a Dios, la gente si me colaboró, y pagué la deuda. Vivía en esa época un Señor José Vintimilla, que presumía saber toda la historia de Gualaceo, porque le conté de mi proyecto de publicar el libro, él me dijo no lo hagas de gana pasasel tiempo pero nole hize caso, y él fue el primero en comprarme el libro.

 

Del Municipio de Gualaceo, nunca recibí una ayuda efectiva. Así que anduve de casa en casa para que me compren el libro “Documentos para la Historia de la Villa de Gualaceo". En el mes de Abril de 1984, se hizo la presentación en la Gobernación de la ciudad de Cuenca. El que presentó la obra fue el Dr. Juan Cordero Iñiguez.

 

Pero previamente para las gestiones de edición del libro, me costó mucho sacrificio porque no era persona adinerada; un buen amigo el Sr. Alejandro Coronel, tenía una casa cerca de Certag, me la facilitó para alojarme allí. Pero después de concluida todo aquello con la satisfacción cumplida, volví a casa donde mi madre me esperaba.

 

En Guayaquil volví a frecuentar la biblioteca Municipal, y mi amigo el Dr. Arturo Avilés era el director de la biblioteca, me propuso que trabaje allí y acepté, aunque yo ya había trabajado antes en el archivo documental de Guayaquil con Don. Julio Estrada Ycaza. También había hecho mis investigaciones, en la iglesia de Gualaceo, en las notarías, en la Diócesis de Cuenca, y en el Banco Central.

                             

Bueno trabajé en la Biblioteca Municipal por 10 años; pero antes en el archivo documental que estaba a cargo de Don. Julio Estrada Ycaza. Le cuento algo que no pensaba poner en mi biografía pero si lo voy a hacer. Antes de publicarse el libro Documentos para la historia de la Villa de Gualaceo, estuve en Cuenca y acudí primero a la casa de la Cultura para buscar apoyo y me fue negado después a la Biblioteca y Archivo del Banco Central, estaba de director el Dr. Juan Cordero y el Dr. Ricardo Muñoz, me hicieron pasar tiempo y me ofrecieron publicar mi trabajo por pedacitos y dije que no y que mejor me devuelvan mi trabajo pedí que me devuelvan pero el Dr. Ricardo Muñoz se había llevado a su casa de tal manera que me fui a esperarle a la puerta de su casa y no me moví de allí hasta que me devuelva mi trabajo y cuando después de que ya fue editado mi trabajo; pensé quien me hace la presentación y fuí con el libro en las manos a la Gobernación donde el Dr. Juan Cordero para que me haga la presentación; él se sorprendió que yo lo había hecho, después de la presentación nos  quedamos como amigos hasta hoy. Que le parece lo que un escritor tiene que pasar. Trabajé después con el Dr. Juan Cordero y en el Archivo Documental de Cuenca con Luz María Guapisaca pero por mis propios medios; Luz maría ya se jubiló es una buena amiga.


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